Miguel Ángel Ramírez está en Charlotte, pero no olvida a Independiente

Miguel Ángel Ramírez piensa, sueña, vive, transpira fútbol. Él lo reconoce: el fútbol es su cable a tierra, un nexo eterno que lo define, que lo apasiona. Cuando habla del juego, gesticula, abre los ojos y se frota la calva. Dice que el fútbol le ha dejado sin cabello, de tanto pensar, de tanto planear y hasta sufrir. Pero no le importa.

Los 9 de noviembre son especiales para el ‘Mister’. Ya son dos años de su título más importante como entrenador: la Copa Sudamericana con Independiente del Valle. En la final única, los ‘Rayados’ vencieron 3-1 en Asunción al Colón de Sante Fe. El partido tuvo todos los condimentos para montar una hazaña épica: 40 000 hinchas del ‘Sabalero’ se tomaron la capital paraguaya y colmaron el estadio La Nueva Olla.  Los 40 000 hinchas vibraron cuando la banda argentina Los Palmeras, cantó  ‘Soy Sabalero’ y dio uno de los espectáculos pre partido más emotivos que se recuerden en la historia del fútbol. Pero dentro de la cancha, el baile lo puso Independiente.

 

Este 9 de noviembre, Ramírez posteó en su cuenta de twitter un mensaje alusivo a la gesta rayada. Apeló a un cliché: ‘Recordar es volver a vivir. 9/11. Gracias @IDV_EC”. Luego, en el viaje nostálgico que producen los hechos que nos marcan le dio RT a videos de la Conmebol que evocaban la noche de Asunción.

El  español dejó un legado en Independiente. Fue el padre de un equipo que paseó  su clase en la Sudamericana venciendo a rivales con mayor historia, con mayor linaje. Hubo un detalle: él no inició el camino, pues en la primera fase, el técnico era Ismael Rescalvo. En abril de aquel 2019, Rescalvo dio el portazo y se fue al Emelec. El ‘Mister’ Ramírez era el Director de las Formativas y estaba en España en una gira con juveniles del equipo cuando recibió una llamada desde Ecuador: debía hacerse cargo de los ‘rayados’. Era una cuestión provisional, pero luego se convirtió en el técnico principal: el puesto de entrenador de élite no le quedaba grande: era didáctico,  tenía los conceptos claros y  el convencimiento para que sus jugadores adoptasen el Juego de Posición como gran bandera.

Independiente se deshizo en la Copa de Unión, Caracas, Universidad Católica de Chile. Luego vino Independiente de Avellaneda, Corinthians en la semifinal y Colón en la final.  Ramírez celebró los dos primeros goles ante Colón, pero en el tercero – el tanto del colombiano Cristian Dájome- solo hizo una larga caminata, mientras uno de sus asistentes -Felipe Sánchez, ahora técnico de Independiente Juniors- saltaba sobre él, llorando y lo abrazaba.

A Ramírez le gusta ir contra corriente. Es fiel a sus prinicipios, a sus visiones de la vida y del deporte. Para él, más importante que el título es el legado, la marca personal que dejó en Independiente. ¿Cuál es su legado?  Formar y apuntalar futbolistas que hoy son titulares en la Selección como Moisés Caicedo, Jhegson Méndez, Alan Franco, Angelo Preciado, Moisés Ramírez y el sorprendente Piero Hincapié, a quien hizo debutar en Primera.   Ahora, en Charlotte contará con Jordy Alcívar, un jugador al que siempre quiso tener.

El Míster está en Charlotte y se alista para su nuevo reto. Los hinchas del nuevo equipo franquicia de la MLS quieren que el equipo vuele como lo hizo el Independiente campeón de la Sudamericana. ¿Podrá lograrlo? No sabemos, pero estamos seguros que Ramírez trabajará duro y lo intentará. Una y otra vez.